La dieta
Las modificaciones efectuadas a su tracto gastrointestinal requieren cambios permanentes en sus hábitos alimentarios, que se deben observar para que la reducción de peso tenga éxito y para evitar el riesgo de alteraciones nutricionales. Las instrucciones dietéticas postquirúrgicas varían según cada equipo multidisciplinar. Es posible que usted conozca otros pacientes a quienes se les imparten instrucciones diferentes para seguir luego de su cirugía. Es importante recordar que no todos los cirujanos realizan exactamente el mismo procedimiento quirúrgico de reducción de peso y que las instrucciones sobre dietas difieren según cada equipo terapéutico y cada tipo de procedimiento. Además, las indicaciones terapéuticas deben individualizarse de acuerdo con las características de cada persona, enfermedades asociadas, tratamientos adicionales que debe seguir. Lo que más importante es que usted siga estrictamente las recomendaciones de su médico y atienda puntualmente a las revisiones recomendadas para monitorizar su evolución y realizar los ajustes necesarios para conseguir una pérdida de peso adecuada y su posterior mantenimiento.
Durante las primeras dos semanas posteriores a la cirugía la dieta será a base de líquidos, luego la consistencia de la dieta va aumentando y se le van agregando poco a poco los diferentes tipos de alimentos. La dieta en los primeros meses es muy rica en proteínas, las cuales serán parte de la dieta hasta que el paciente pueda ingerir en cantidades adecuadas las proteínas sólidas que satisfagan el requerimiento diario de cada paciente. Es habitual que en las semanas iniciales se deba administrar un suplemento proteico para garantizar un aporte mínimo de este principio inmediato que posee gran importancia.
Las siguientes constituyen algunas de las instrucciones sobre dieta generalmente aceptadas que puede encontrar un paciente de cirugía de reducción de peso:
Cuando empiece a consumir comidas sólidas es esencial que mastique muy bien. No podrá comer bistec ni otro tipo de trozos de carne si no están bien triturados y si no se mastican completamente.
No beba líquidos junto con la comida. Estos le harán sentirse saciado antes de haber consumido suficiente comida.
Evite comer postres y otros alimentos azucarados cuando el azúcar aparezca como uno de los tres primeros ingredientes de los mismos.
Evite las bebidas gaseosas, suplementos nutritivos de alto contenido calórico, batidos de leche, comidas altas en grasas y alimentos de alto contenido de fibra.
Evite las bebidas alcohólicas.
Límite el consumo de refrigerios entre comidas.
El regreso al trabajo
Su capacidad para reanudar los niveles de actividad anteriores al procedimiento quirúrgico variarán según sus condiciones físicas, la naturaleza de la actividad y la clase de cirugía de reducción de peso a que se fue sometido. Muchos pacientes vuelven a niveles de actividad plenos en el curso de unas seis semanas posteriores al procedimiento. Los pacientes a los que se les ha practicado un procedimiento de laparoscopía mínimamente invasiva pueden volver a sus actividades normales en pocas semanas.
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Control natal y embarazo
Se aconseja insistentemente que las mujeres en edad fértil utilicen las formas más eficaces de control natal durante los primeros 24 meses posteriores a la cirugía de reducción de peso. Las exigencias adicionales que implica un embarazo para el cuerpo y la potencial posibilidad de deficiencia nutricional fetal hacen de éste un requisito de máxima importancia.
Seguimiento a largo plazo
Aunque los efectos a corto plazo del tratamiento quirúrgico de la obesidad se entienden bien, hay todavía cuestiones referentes a sus efectos a largo plazo en los sistemas biológicos corporales que necesitan respuestas. Se tendrán que valorar periódicamente las posibles deficiencias nutricionales que ocurran con el paso de los años.
Con el tiempo, usted necesitará chequeos periódicos de anemia (bajo contenido de hemoglobina en la sangre) y vitamina B12, así como de niveles de folato y de hierro. Inicialmente se practicarán pruebas de seguimiento de cada tres a seis meses, o con mayor frecuencia si se requiere y después de cada uno o dos años. No conviene olvidar que la obesidad es una enfermedad crónica que requiere de tratamiento y seguimiento de por vida.
Grupos de apoyo
El uso extendido de grupos de apoyo ha proporcionado a los pacientes que han recibido un tratamiento para la obesidad una excelente oportunidad de compartir con otras personas sus diversos problemas personales y profesionales. Por ejemplo, la mayoría de ellos aprende que esta cirugía no resuelve inmediatamente los problemas emocionales existentes ni sana los años de lesiones que la obesidad mórbida pueda haber infligido a su bienestar emocional. La mayoría de los equipos de tratamiento conforman grupos de apoyo para ayudarlo a usted en sus problemas y necesidades a corto y a largo plazo. La mayor parte de los cirujanos bariátricos y los equipos multidisciplinares con los que trabajan le confirmarán que ese apoyo posquirúrgico continuado ayuda a producir el mayor grado de éxito en sus pacientes con la correspondiente seguridad.